El Gobierno ha justificado la multa propuesta para un ciudadano que
portaba una bandera republicana en un partido de la selección de
balonmano alegando que su actitud podía interpretarse como una
“provocación” a los aficionados españoles. Sin embargo, nada dice de las
cientos de banderas ultras, nazis y franquistas que cada semana se ven en los campos de futbol.
El suceso tuvo lugar el pasado mes de abril en un partido de las
selecciones de balonmano de España y Argelia celebrado en Alicante,
donde la Policía expulsó al portador de una bandera de la República, al
que se acabó abriendo expediente de sanción en virtud de la Ley contra
la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte.
El diputado de IU Ricardo Sixto preguntó a Interior en el Congreso por
este episodio denunciando que, en otro partido posterior, al mismo
portador de la bandera republicana se le vetó la entrada, se le trasladó
a un espacio vacío del Polideportivo y se le conminó a identificarse de
forma intimidatoria.
El Gobierno explica que el portador de la tricolor estaba en la
primera fila de la grada preferente, de forma aislada, ante cientos de
seguidores de la selección española que enarbolaban banderas
nacionalistas y animaban al equipo.
Aunque en un primer momento replegó la bandera tricolor, al rato el
ciudadano volvió a ondear la enseña republicana “con gran vehemencia”,
lo que según el Gobierno “provocó malestar entre
el resto de espectadores que animaban a la selección española”. En ese
contexto, se procedió a expulsarle, se le identificó y se le abrió
expediente de sanción.
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