¿”Independencia” o socialismo?

“Temo un estallido revolucionario en Cataluña; que los obreros se unan a los soldados (…) no veo otra manera de salvar tan difícil situación que satisfacer de un golpe las aspiraciones de Cataluña, para que los catalanes dejen de sentirse en este momento revolucionarios y mantenga su adhesión a la Monarquía. Hay que dar la autonomía a Cataluña (…) provocar un movimiento que distraiga a las masas de cualquier propósito revolucionario.” Conversación del Rey Alfonso XIII con el líder de la Liga Catalana Francesc Cambó en 1918 (F. Cambó, Memorias, Alianza, 1987)
 
Entre un millón y medio y dos millones de personas, según las fuentes, se han manifestado en Barcelona bajo el lema “Catalunya, nuevo estado de Europa” convocados por la Asamblea Nacional de Catalunya (ANC), por la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI) y numerosas organizaciones sociales, sindicales y políticas catalanas. Las banderas ‘esteladas’ (azules), más que las ‘senyeras’, y también muchas banderas de la Unión Europea, han protagonizado la marcha. Los cánticos y pancartas a favor de la independencia, en catalán y en distintas lenguas, como: “In-Inde-Independencia”, “Que vol la gent? Catalunya independent!”, “Freedom for Catalonia”, “Bye Bye, Spain”, “Yes, we CAT” se han convertido en protagonistas de esta Diada.

Al finalizar la manifestación, una delegación de los convocantes (ANC y AMI) han en entrado en el Parlament, y entre abrazos y sonrisas, ha entregado el manifiesto de la protesta a la Presidenta de la cámara, Núria De Gispert (que hace unos días afirmó toda desfachatez: “Si los diputados cobran menos de 3.000 euros no sé cómo iremos”) y le han solicitado audiencia a Artur Mas, pidiendo a los diputados y al gobierno que comiencen el proceso de secesión de España y convoquen un referéndum independentista.
El despliegue social e institucional ha sido enorme (más de mil autocares de distintas zonas de Catalunya) y la campaña mediática, durante toda la semana y especialmente el seguimiento en la diada (imágenes de helicóptero, entrevistas, horas de informativos en directo…), en los medios de la burguesía catalana (TV3, 8TV, La Vanguardia…) ha sido sonora y machacona para conseguir la máxima asistencia y ‘conducir’ el mensaje de la manifestación por el camino “adecuado”.

¿Un frente común de la burguesía catalana?

A la manifestación de la diada no han asistido ni la derecha ultrareaccionaria del PP, ni su marca blanca, Ciutadans. Dos partidos que basan su discurso y sus votos en el anti catalanismo rancio y recalcitrante, y siempre se han opuesto, por su carácter neofalangista, a los derechos sociales, nacionales y democráticos del pueblo catalán. En cambio, si ha unido en un mismo frente “catalán” a políticos de signo político “opuesto”. Miembros destacados del régimen pro-sionista y pro-otánico y de la corrupta CiU, como la vicepresidenta del gobierno, Joana Ortega, el expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, su hijo y actual presidente de CDC Oriol Pujol, el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, o la mujer de Artur Mas, Helena Rakosnik, así como el hooligan de la derecha catalana y portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, “socialistas” como Ángel Ros o el exconseller privatizador de la enseñanza pública catalana Ernest Maragall, el ecosocialista Joan Herrera (ICV), Joan Josep Nuet (EUiA), Oriol Junqueras (ERC) o el diputado de SI Uriel Bertran. Todos Unidos bajo un mismo lema “Catalunya, nuevo Estado de Europa”. 

Llama la atención que los sectores de la izquierda que respaldan esta movilización por la “independencia” hagan frente común con semejantes elementos antiobreros y antipopulares. Un ejemplo flagrante, uno de los convocantes de la marcha, Josep M. Vila d’Abadal, es alcalde de Vic y presidente de la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI). Este “venerable” alcalde de CiU asume las posiciones xenófobas y racistas del grupo municipal de PXC en Vic para perseguir y criminalizar a los inmigrantes. 

¿Un pulso entre burguesías?

CiU y la burguesía catalana están muy desgastados tras haber aplicado a los mismos catalanes tanto dicen defender, duros recortes sociales, por las campañas de criminalización y represión contra las protestas populares (del 15M y huelguistas del 29M), tras haber pactado con el PP anticatalanista y antiobrero, por estar salpicados por escándalos de corrupción y por someterse a los dictados neoliberales de su “soberana” Merkel y la Troika (UE, BCE, FMI).
Ante la agudización de la crisis, el aumento del desempleo, la miseria y la desesperación de las clases trabajadoras y el creciente desprestigio de la burguesía catalana, CiU necesitaba “lavarse la cara” ante el maltrecho pueblo de Catalunya, atrayendo a otras fuerzas políticas y organizaciones de la “sociedad civil” vinculadas a CiU, ERC e ICV-EUiA y otros sectores sociales y culturales entorno a la ANC y a la AMI. Todo en nombre del patriotismo “soberanista”.
El 25 de Julio el Parlamento de Catalunya aprobó con los votos de CiU, ICV-EUiA y ERC, con el apoyo parcial del PSC y la abstención del PPC en algunos aspectos, la propuesta de un “pacto fiscal” similar al concierto vasco. Hace unas semanas, el gobierno catalán pedía un “rescate” (préstamo draconiano) al gobierno del PP por más de 5.000 millones de euros. El pulso está servido.

‘Sin pacto fiscal, el camino a la libertad de Cataluña está abierto’

Esta advertencia populista de Artur Mas, aprovechando las movilizaciones del 11 de septiembre, es la expresión de como la burguesía catalana está manipulando los sentimientos y las legítimas reivindicaciones nacionales del pueblo de Catalunya con fines espurios y sombríos. Utilizando la ilusión de que con la “independencia” o el “pacto fiscal” se saldrá de la crisis y se crearán empleos, podrán desviar la atención y “lavarse la cara” después de los brutales recortes sociales y laborales y de paso, negociar en mejores condiciones con Madrid. El PP y la oligarquía española, por su lado, también intentarán hacer su campaña “patria” para desviar la atención sobre los impopulares recortes y “rescates”, predicando la “indisoluble” unidad de España y su anti catalanismo militante.
Los distintos burgueses se retroalimentan mediante el discurso “patriótico”. Nos imponen los salvajes recortes sociales y laborales para financiar con dinero público a la gran banca y empresa, sometiéndonos a los dictados inquisitoriales de los “mercados” y a la dominación de la Troika, y mientras agitan las banderas “patrias”, ceden lo que queda de soberanía a la Comisión Europea.    

¿Ilusiones soberanistas en el seno de la UE?

El lema de la manifestación “Cataluña, nuevo Estado de Europa” no es una reivindicación independentista, ni soberanista, por el contrario, es puro anexionismo pro UE (cambio de dependencia de España a la Unión Europea) no es casual la presencia de numerosas banderas de la UE en la manifestación. En estos años de crisis, donde todos los días vemos como la Comisión Europea o el Banco Central Europeo, usurpan y niegan cualquier reminiscencia soberana a los Estados miembros y cada día concentran más poder, llegando incluso a imponer dos presidentes “a dedo” en Italia y Grecia, hablar de “independencia” o “pacto fiscal” en el seno de la UE es una grosera manipulación y una tomadura de pelo.
Esta cita del Presidente de la Comisión Europea José Manuel Barroso deja al desnudo el margen que hay para la “soberanía” en la UE: “Lo que está pasando ahora es una revolución silenciosa en favor de un gobierno económico reforzado. Los Estados miembros han acordado – y espero que esta sea la forma en que lo han entendido – que las instituciones europeas tienen ahora amplios poderes para la supervisión y el control estricto de las finanzas públicas”.
La izquierda y la cuestión nacional
Las causas de actual magnitud de las movilizaciones y del creciente sentimiento independentista en Catalunya tienen raíces históricas, económicas y políticas. Años de discriminación y estigmatización del pueblo catalán y del catalanismo por las corrientes más derechistas o centralistas del régimen Juan Carlista, nacido sin ruptura del franquismo y que siempre ha sido violentamente hostil al reconocimiento del derecho a la autodeterminación y la realidad plurinacional de España.
La acumulación de años de campañas del independentismo social y político (referéndums por la “independencia”, campaña del expolio fiscal, manifestación del Estatut en 2010…) sumadas a la desesperación social por la crisis y sobre todo, por complicidad de la izquierda española en la transición sin ruptura y su incapacidad para desmarcarse del institucionalismo “constitucional” y de los “consensos” con el régimen, o el papel de la izquierda en Cataluña que se ha entregado al nacionalismo burgués, han dejado a muchos sectores populares desarmados en manos del populismo chovinista o xenófobo. 

La izquierda catalana y estatal corren el riesgo de dividirse entre soberanistas y federalistas, poniendo las identidades “nacionales” por encima de las posiciones de clase. En un momento de profunda crisis capitalista, es peligroso e irresponsable ponerse en manos de la burguesía haciendo frentes “soberanistas” en el marco de la UE, ya que la burguesía catalana y española forman parte del proyecto imperialista europeo y tienen sus conflictos, acerca del tamaño del pastel que les toca, pero cuando se trata de aumentar la explotación de los obreros o el expolio y agresión de los países del tercer mundo no tienen dudas y actúan unidos sin miramientos. 

No podemos eludir las distintas realidades nacionales porque existen y formamos parte de ellas. Nos comunicamos a través de lenguas, nos formamos colectivamente en entornos socio-culturales, vivimos en territorios más o menos definidos que se han construido económica e históricamente, tenemos una psicología colectiva (“somos”, “pertenecemos”…) que forman la identidad y la conciencia nacional, y la lucha de clases se da en un marco nacional y Estatal, en el que se entremezclan identidades y realidades. Y si es compleja la realidad española y catalana, debemos añadirle la acción de la Unión Europea. 

La izquierda y los comunistas estamos contra las discriminaciones y estigmatizaciones nacionales, defendemos las identidades nacionales, incluso hasta su derecho a la secesión, pero no las ponemos por encima de la lucha de clases. La izquierda debe defender la unidad internacionalista y la fraternidad de la clase obrera y los pueblos. Defendemos la unión libre y voluntaria de los trabajadores mediante el derecho a la autodeterminación, porque es un derecho democrático y siempre, en la medida que sirva para derrocar la dictadura de las trasnacionales capitalistas, popularizada hoy como “dictadura de los mercados”. Pero la realidad “nacional”, con la hegemonía de la burguesía, estimula la “unidad” confusa entre los trabajadores y grandes empresarios bajo una misma “bandera” o “patria”, por eso debemos combatir las ideas burguesas acerca a su “unidad” nacional. ¿Con quién nos identificamos más, con el catalán Joan Rosell, presidente de la CEOE, o con los mineros asturianos? ¿Luchamos contra la tiranía de la banca o para elegir entre La “Caixa” y el “Banco de Santander”?. Hay que desmontar los mitos y falsos dilemas que nos mete la burguesía catalana y española. Es fundamental desenmascarar a la burguesía y su falso patriotismo. ¿En una Catalunya capitalista e “independiente” en el marco de la UE y el Euro no se aplicarían los recortes? ¿No sería intervenida o “rescatada” por la Troika? ¿Es la “independencia” la salida a la crisis?

La izquierda y los comunistas deben “independizarse” de las ideas burguesas y ser capaces de ganarse el apoyo de la clase obrera y del pueblo en las luchas por la sanidad, la educación, el empleo con derechos, contra la represión, por los derechos políticos y democráticos. En los centros de trabajo, en los barrios, en la universidad e institutos, en la cultura y el deporte popular, etc. defendiendo abiertamente y sin complejos, una alternativa republicana y socialista, federal, democrática y popular claramente antioligárquica, antiimperialista y hacia el fin de la explotación capitalista y contra sus estructuras de dominación mundial (UE, OTAN, FMI, etc.). Los países del ALBA nos muestran un posible camino, la alianza de pueblos, movimientos y partidos revolucionarios y Gobiernos progresistas frente al imperialismo. ¿Un ALBA de países del sur y del este europeo como alternativa a la UE del capital y la guerra? La autentica liberación social y nacional de obreros y pueblos, la verdadera independencia, no se encuentra en el capitalismo europeo y mundial, sino en la democracia popular y el socialismo. Como decían Marx y Engels en el Manifiesto Comunista: “proletarios de todos los países uníos”

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