Un estudio alemán insiste en que la mentalidad ultra avanza en la clase media

Los estudios sociológicos advierten desde hace años sobre el avance de las ideas y presupuestos de extrema derecha en el “centro” de la sociedad, lo que se entiende por “clase media”. No es un fenómeno alemán sino europeo, pero en Alemania tiene un seguimiento académico exhaustivo y, por razones históricas, la repercusión de sus datos tiene mayor impacto informativo.
Desde 2002 los investigadores Elmar Brähler y Oliver Decker publican a través de la Fundación Friedrich Ebert, la gran institución próxima al Partido Socialdemócrata, un “barómetro sobre las concepciones antidemocráticas de la población alemana”. El estudio hace un seguimiento sociológico de la opinión en materia de posiciones nazis, xenofobia, antisemitismo e islamofobia y darwinismo social (sobreviven y se imponen los más fuertes) en general.
 
Los resultados de este estudio, divulgados ayer en Berlín y que hoy harán titulares en los principales diarios alemanes, advierten de que más de ocho millones de alemanes uno de cada diez, desearía un “Führer”, y que uno de cada seis aprueba la ficción de un pueblo unido en su común interés y representado por un partido nacional único. Un 9% puede considerarse de extrema derecha.
 
El estudio establece que uno de cada seis alemanes del Este (16%) tiene una “concepción del mundo de extrema derecha”, tendencia que va en aumento en relación a anteriores encuestas y que arraiga en la juventud, el grupo de edad entre 14 y 30 años.
 
Los autores subrayan que el avance de esta mentalidad no es un fenómeno de la Alemania del Este, sino que tiene que ver con “estructuras socioeconómicas” que pueden presentarse en cualquier región del país.
 
Un 39% de los encuestados en el Este y un 22% en el Oeste del país son considerados xenófobos tras el análisis de sus respuestas. En cuanto a islamofobia, el porcentaje es ligeramente superior, 41% y 35%, respectivamente.
 
La afirmación de que “sin la aniquilación de los judíos Hitler sería hoy considerado un gran hombre de estado” es completamente rechazada por un 51,4% y más bien rechazada por otro 20,2%, pero un 28,4% se declara de acuerdo o parcialmente de acuerdo con ella.
La superioridad intrínseca de los alemanes (“por su naturaleza los alemanes son superiores a otros pueblos”) es negada por la mayoría, un 62,4%, pero un 37,6% la aprueba con diversos matices: “en parte si, en parte no”, 19,9%, “más bien si”, 12,6% y “por completo” 5,2%.
 
Otro 35% se declara de acuerdo con la afirmación de que, “En la sociedad, como en la naturaleza, los más fuertes deben imponerse siempre”. Un 65% se opone.
 
Curiosamente es en las ciudades con mayor presencia de extranjeros, como Hamburgo y Berlín, donde la opinión xenófoba es menor. En zonas rurales con poca industria y presencia de emigrantes extranjeros es donde la xenofobia es mayor. El antisemitismo, que en el Este siempre había sido menor que en el Oeste, parece haberse equilibrado territorialmente, con entre un 15% y un 20% de respuestas que reflejan esa tara europea.