Desde primera hora de la mañana 8000 policías custodian al Consejo de
Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) que reúne este jueves en
Barcelona en pleno debate sobre el crecimiento de la zona euro y cuando
han surgido voces que piden que el imperativo ajuste del déficit, que se
traduce en austeridad y recortes, vaya acompañado de medidas de
estímulo económico.
La
comitiva de tres furgonetas escoltada por la policía ha salido del
edificio sin incidencias ante la mirada de curiosos que se han agolpado a
las puertas del hotel y el sonido de los cláxones de los turismos,
impacientes por el corte de tráfico realizado por la Guardia Urbana para
facilitar la salida de los coches oficiales.
Todo este despliegue policial sin manifestantes en la zona, con
excepción de un grupo de unos cien estudiantes que, una vez se ha hecho
la concentración en contra de las subidas de las tasas universitarias,
han decidido bajar hacia el campus de la UPF, muy próximo al hotel Arts.
Entre el campus y el hotel, un fuerte despliegue de mossos
uniformados y sobre todo de agentes de paisano con el rostro cubierto y
un brazalete identificado han hecho guardia por si los estudiantes
decidían acercarse el hotel.
Sin embargo, el grupo de universitarios ha abandonado la zona después
de que el campus hubiese cerrado en torno a las 13 horas por razones de
seguridad.
El alcalde de Barcelona, Xavier Trias, preguntado sobre el exceso de
seguridad para la reunión ha dicho que ”Esta ciudad sabe actuar, sabe
hacer las cosas; se han tomado todas la medidas que deben tomarse”.
El presidente del BCE, Mario Draghi, ha hecho recientemente un
llamamiento a los líderes de la Unión Europea (UE) para que acuerden un
“pacto de crecimiento”, y ha dejado claro que la consolidación fiscal es
“inevitable” y necesaria.
Otro de los temas que marcarán la agenda de la reunión del órgano de
gobierno del BCE es la reforma del sistema financiero y la necesidad de
acordar los nuevos requisitos de capital para la banca.
Lo que ya se da por hecho es que la entidad monetaria acordará este
jueves dejar inalterados los tipos de interés en la zona euro al mínimo
histórico del 1% y mantendrá también su política de suministro de
liquidez, pese al temor a que se intensifique la crisis de endeudamiento
de la eurozona.
Además, el hecho de que el encuentro se realice en Barcelona pondrá
en el foco de la reunión la situación de España, que ha entrado en el
primer trimestre en recesión y ha visto cómo la agencia de medición de
riesgo Standard and Poor’s ha rebajado dos peldaños su calificación, de
‘A’ a ‘BBB+’, lo que previsiblemente dificultará aún más su capacidad de
refinanciarse en los mercados exteriores.