Artículo publicado por Vicenç Navarro, 30 de marzo de 2012
Este artículo muestra las manipulaciones hechas por los mayores rotativos del país en su información sobre la huelga general.
Como era de esperar, la mayoría de los
medios de información de mayor difusión de España (que son de persuasión
conservadora y neoliberal) intentaron minimizar el éxito del paro como
parte de la huelga general convocada por los sindicatos, subrayando que
la disminución de la actividad económica había sido menor, mostrando la
limitada caída del consumo de la electricidad como indicador de ello.
Según estos rotativos, la cantidad de esta reducción variaba dentro de
un abanico que iba del 17% al 22% sobre el consumo normal. Se daba así
una imagen encaminada a señalar que había habido una participación muy
reducida en la huelga general, transmitiendo que la mayoría de la
población desoyó la llamada a dejar de trabajar.
A ello se sumó una gran visibilidad
de los actos violentos en los que participantes de la huelga general
aparecían quemando propiedades privadas o públicas, y golpeando a
personas, ya fueran civiles que querían trabajar, ya fueran los agentes
del orden. eEn el programa del Sr. Cuní en 8TV, propiedad del Grupo Godó
(también propietario de La Vanguardia), dedicó especial atención a
tales actos violentos. En realidad, en muchos de tales medios aparecía
la imagen de la huelga a través de actos de violencia, en los que el
fuego y las llamas siempre aparecían en las fotos. Ni que decir tiene
que todas estas informaciones correspondían a una campaña de
desprestigio de las movilizaciones del movimiento trabajador, liderado
por los sindicatos.
Los datos, sin
embargo, muestran la manipulación (y no hay otra manera de definirlo) de
estos reportajes. En primer lugar, señalar el descenso de consumo
eléctrico en su totalidad no tiene mucho significado, pues la población
que no trabaja también consume electricidad, pues está en casa o en
algún lugar donde se consume electricidad. La manera más rigurosa es
calcular el consumo de electricidad del día de huelga respecto al de un
día festivo, digamos domingo, cuando la mayoría de la gente no trabaja.
Esto es lo que debe hacerse para comparar manzanas con manzanas y no con
peras. Es decir, hay que comparar el consumo de electricidad entre dos
días comparables, es decir, un día sin trabajo (el domingo) y un día de
huelga general que intenta que, como ocurre con los domingos, la gente
no trabaje. Pues bien, tomando este indicador, se puede ver que, como
bien han documentado un grupo de economistas (Economistas Frente a La
Crisis) la huelga general fue un gran éxito, pues el consumo de la
electricidad fue casi el mismo de un día festivo cuando la gente no
trabaja (El País fue el único rotativo que hizo esa distinción, ningún
otro rotativo la hizo). En realidad, la caída del consumo fue un 87%. Si
hubiese sido un 100%, ello indicaría que el consumo de electricidad
había sido el mismo que el de un domingo. Un 87% es bastante cercano a
un domingo. Ello es una muestra clara de que la gran mayoría de la gente
no trabajó el día de la huelga general. En realidad, comparando tal
indicador con los anteriores de otras huelgas generales, se ve que la
huelga general en contra de las medidas altamente impopulares del
gobierno Rajoy, fue una de las más exitosas de las que han existido
durante la democracia, dato que el gobierno PP y sus avaladores, las
élites gobernantes de la Unión Europea, incluyendo la Comisión Europea,
intentan ocultar. Las declaraciones de portavoces de tal comisión se
centraron en indicar que el ”fracaso” de la huelga general era una señal
más del apoyo popular hacia las medidas que estaba tomando el gobierno
Rajoy. Pero lo que alcanzó unos niveles de cinismo (y no hay otra manera
de definirlo) inadmisibles es cuando el gobierno PP, a través de la
Ministra de Trabajo, indicó que el gobierno estaba llevando a cabo las
medidas que el pueblo español, a través de las últimas elecciones, había
instruido al gobierno a realizar. En realidad, ninguna de las reformas
impuestas por el gobierno Rajoy estaba en su programa electoral. La
huelga general, por lo tanto, era también una protesta en defensa de la
democracia española, protestando por el incumplimiento de las promesas
electorales del PP.
En cuanto a los actos
violentos –que, sin lugar a dudas, deben denunciarse con toda
contundencia- éstos representaron una proporción minúscula de los
participantes en la huelga. Centrarse en ellos es un insulto a la
objetividad y equilibrio mediático que debería exigirse de tales medios.
Las treinta personas violentas que hicieron gamberradas en la estación
de Sants, en Barcelona, no se merecían la promoción gratuita que el Sr.
Cuní les proporcionó, consumiendo una sección muy prominente en su
programa. El 99,8% de todos los participantes fueron no violentos. ¿Por
qué entonces se dio tanta cobertura a los violentos? La imagen deseada
era relacionar una huelga general con un acto violento. Es así como la
imagen de uno de los eventos políticos, económicos y sociales del año,
la huelga general, se intenta desacreditar por los medios del
establishment mediático del país al servicio de las fuerzas
conservadoras responsables del subdesarrollo social de España.